Está en el centro de la polémica por no conseguir su acreditación y por liderar el ranking de reclamos en el Sernac. Pero no sólo eso. La Utem está siendo cuestionada por la Contraloría ante la creación de sociedades anónimas que se encargan en impartir las clases y administrar las carreras. Un secreto a voces al interior de esa casa de estudios y en el ambiente académico, del cual nadie se ha hecho cargo.
- El rector asegura que emplea este modelo de gestión debido al poco aporte estatal que recibe, a pesar de ser una institución pública.
Katherine Pavez
La Universidad Tecnológica Metropolitana (Utem) no consiguió su acreditación por segunda vez. Quienes vieron el proceso desde afuera, se asombraron. Sin embargo, en el mundo académico este es un desenlace que se esperaba.
Es que hace ya cuatro años que hay ojos siguiendo los pasos de la Utem y de su rector, Miguel Avendaño Berríos. Los principales cuestionamientos a su gestión provienen de la Contraloría General de la República, que en el 2004 daba cuenta de varias situaciones irregulares que ocurrían al interior del plantel. Entre éstas, la creación de sociedades anónimas que prestan servicios a la Utem en lo que es su rubro principal: impartir clases. Pero no sólo eso, sino también préstamos injustificados de dinero de la casa de estudios a una de estas empresas.
Por ley, las universidades pueden crear sociedades o corporaciones. Algunas lo hacen para administrar el cobro de aranceles, por ejemplo. Sin embargo, lo que la Contraloría detectó en la Utem es lo que podría calificarse como una universidad dentro de otra. Es decir, las sociedades se están haciendo cargo de la provisión de educación.
El 2002, la rectoría de Avendaño creó Edutem, de la que la universidad es dueña en un 99%. Dos años después, él mismo firmó un contrato en el que Edutem se compromete a administrar por completo las carreras vespertinas de la universidad. La sociedad se quedaría con el 10% de lo recaudado, y se comprometía a contratar profesores, proveer la infraestructura, cobrar los aranceles, fijar el calendario e impartir las clases. La Utem era la encargada de entregar el título con su nombre a los alumnos. El año pasado (2006), el organismo fiscalizador aseguró que era improcedente que esta empresa ejerciera las labores que son inherentes al plantel, ya que Edutem "no puede impartir carreras ni tener injerencia en las funciones académicas propias de la Utem". La Contraloría declaró que este contrato, que aun sigue vigente, "no se ajusta a derecho".
El mismo modelo se usó con Celta S.A., sólo que sin participación societaria de Utem. De propiedad de Alex Zuanic Brupbacher, Celta administra las carreras de Criminalística, uno de los escollos que impidieron la acreditación de la casa de estudios.
Al ser consultado por qué eligió crear sociedades con fines de lucro y no corporaciones, Avendaño señala que "nunca había notado la diferencia. A nosotros nos interesan los resultados. En el caso nuestro como (Edutem) es propia no nos fijamos si era corporación o sociedad, para nosotros no tiene fines de lucro, porque todo el retorno es nuestro".
Así, en un sistema que ha durado años, Edutem se hace cargo de las carreras vespertinas, mientras que Celta se hace cargo de Criminalística. Ambas áreas caben en la categoría de "ingreso especial" es decir, no rinden la PSU y no tienen derecho a crédito estatal. Quienes estudian así en la Utem son más de 7.500 alumnos, lo que representa el 50% de la matrícula total de la universidad.
Traspaso de dinero
Entre agosto de 2001 y mayo de 2002, Utem entregó un total de $80 millones a la Sociedad de Transferencia Tecnológica Utem S.A. "sin que los ingresos ni la respectiva deuda hayan sido reconocidos contablemente por la empresa". En noviembre de 2006 la Contraloría ratificó que aún no se explica esta situación. Al respecto, el rector Avendaño señaló que este tema se cerró, ya que la sociedad, desde 2007, no está vinculada con la Utem. Sin embargo, sigue funcionando en la casa central y su gerente, Eduardo Hajna Riffo, aún mantiene oficina y secretaria allí.
A esto se agrega que en el último balance público de esta casa de estudios, los auditores externos KPMG señalaron que la Utem "presenta en su estado de resultados, costos por un monto de $2.918 millones correspondientes a gastos realizados por la empresa relacionada, Sociedad Educacional Utem (Edutem) por concepto de administración de carreras vespertinas". El texto asegura que "a la fecha de este informe –mayo de 2007- no hemos obtenido evidencia suficiente que nos permita verificar la razonabilidad de dichos gastos".
Según Avendaño, creó estas sociedades para agilizar la gestión, tanto a nivel de cobranzas como de contratación de profesores. Asegura que todo se produce por "el poco aporte fiscal que esta universidad recibe". Este año, por concepto de Aporte Fiscal Directo, recibió $1.720 millones, sin contar los dineros que las universidades obtienen de proyectos Mecesup.
El rector explica que el sistema de la Utem es usado con éxito en el sector privado, pero "cuestionado socialmente" en el área pública.
Hasta hoy los temas pendientes en a Contraloría siguen siendo los fondos que se usaron del Mineduc (ver nota aparte) y el traspaso de dinero de Utem S.A. Luego del informe final de la Contraloría, quien debe intervenir en esta situación es el Ministerio de Educación. Julio Castro, jefe de la División de Educación Superior, aseguró que se referirá al asunto cuando el organismo fiscalizados entregue su último veredicto.___________________________________________________________________
Dineros del Mecesup: investigación en curso
El año 2004 la Contraloría constató el desvío de fondos entregados por el Ministerio de Educación a través del Mecesup (dineros que se entregan a través de proyectos) para pagar sueldos e imposiciones, algo que contraviene absolutamente las bases de este fondo. Incluso Avendaño, en entrevista a la prensa, reconoció que usó este dinero 2por 20 días" y luego lo restituyó. Sin embargo, el 2005 la Contraloría establece que hubo uso indebido: "se determinó que fondos de los citados proyectos por un total de $734 millones en el año 2003 y de $106 millones en el 2004 fueron utilizados en el financiamiento de actividades propias de la universidad, tales como pago de remuneraciones e imposiciones provisionales, lo que ha implicado una trasgresión a los convenios suscritos al efecto con el Ministerio de Educación". Esto sucedió porque la universidad no cumplió con el requisito de crear una cuenta corriente aparte para tener este dinero, sino que lo puso junto con todos sus ingresos en la misma cuenta.
Esta investigación continúa, ya que en noviembre de 2006 la Contraloría –respondiendo una petición de la Cámara de Diputados- señaló que la universidad no había entregado las justificaciones suficientes para explicar este hecho.
Quién es Miguel Avendaño
Alto, delgado y bien vestido. Avendaño se instala en un sillón de cuero y apoya todo su cuerpo en él. Mueve las manos con vehemencia al hablar. Tiene un anillo dorado en el dedo anular izquierdo. Es el mismo que, según consta en el currículum normalizado del 21 de junio de 1982, del Instituto Profesional de Santiago (IPS), vivía en Calle Emiliano Figueroa, población San Gregorio, Comuna de San Ramón. Y que hoy, a sus 52 años, habita en un condominio en Las Condes.
Avendaño egresó de Técnico Universitario con Mención en Electrónica del IPS en 1986 y se acogió a la posibilidad de canjear su título por uno igual extendido por la Universidad de Chile. En 1990, luego de cursar cursos especiales en el IPS obtiene un título de Ingeniero de Ejecución en Electrónica. Luego, el IPS se transforma en la Utem y él se convierte por decreto en egresado de esa casa de estudios.
Ya siendo rector, firma otro decreto en el que establece que los ingenieros de ejecución que cursan un máster en la Utem pueden optar al grado de ingeniero.
Hoy, según su firma y relatos de cercanos, es Ingeniero Civil Industrial, título que le fue conferido por la U. de Atacama mientras ejercía su segundo período en la rectoría.
Datos
2004 Contraloría cuestionó por primera vez las operaciones de la Utem y sus sociedades anónimas.
$80 millones es el monto del traspaso que se investiga entre Utem y Utem S.A.
50 por ciento de los alumnos de la Utem entran sin PSU
8 años ha estado Avendaño en la rectoría de la Utem. Este año (2007) fue reelegido con el 83% de los votos.
Fuente:
PAVEZ, Katherine. Las sociedades anónimas que complican a la Utem. La Tercera. Santiago, Chile, 16 de diciembre, 2007: Sección Educación p. 39.
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